Por esta razón, las leyes fiscales se han modificado para permitir que el mercado se abra sin afectar la productividad en los sectores locales, pero al mismo tiempo, proporcionar incentivos para la inversión extranjera y la industria turística. Así, las zonas francas industriales, que comenzó con la industria textil, son ahora la diversificación en una amplia gama de fabricación de productos y servicios en toda la República Dominicana. El turismo también se ha beneficiado de estas nuevas resoluciones.
La región suroeste de todo no ha sido excluida de crecimiento del país. Como un área de desarrollo del turismo menos, pero con increíbles recursos naturales, que ofrece posibilidades atractivas para los inversores, tanto locales como extranjeros, debido a los costos considerablemente más bajos que en las ciudades de mayor desarrollo turístico. La región de Enriquillo se llama el Polo Turístico VI, diseñado para fortalecer el ecoturismo en la región. Esta área incluye las provincias de Pedernales, Independencia, Barahona y Bahoruco.
“Hoy en día, la República Dominicana se ha posicionado como el principal destino en América Central y el Caribe, con más de 60.000 habitaciones de hotel, y un caleidoscopio de bellos paisajes para atraer a los más exigentes o aventureros, para los amantes del lujo o aquellos que buscan una económica vacaciones llenas de colorido el sabor criollo.”
“Si combinamos la variación climática de Barahona, que puede oscilar entre 30 ° C y 18 ° C de una comunidad a otra; la riqueza de sus suelos de las minas de sal y yeso, minerales como la bauxita y el Larimar, única de esta región hermosa, playas vírgenes y seis parques nacionales ideal para el turismo de aventura, tenemos las condiciones perfectas para convencer a cualquier inversor en busca de áreas prometedoras para invertir en ella.”
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