martes, 12 de abril de 2011

Ramón Oviedo, orgullo Barahonero y del mundo

Nace en Barahona, en 1927. En 1963, gana el primer premio de un concurso de afiches sobre la niñez que realiza el gobierno del Profesor Juan Bosch; conoce al Profesor Juan Bosch, Presidente de la República y gran literato, y se desarrolla una relación de amistad y respeto. En 1965, se une al movimiento constitucionalista que reclama el retorno de la democracia a su país enfrentando a los invasores extranjeros; Gana el primer premio del concurso de pintura que se realiza en medio de la revolución con su obra titulada “24 de abril”. Fue nombrado por el Congreso Nacional como "Maestro Ilustre de la Pintura Dominicana". Su obra presenta trazos fuertes y colores que evocan dureza, sordidez, crueldad, pero también humanidad. La abstracción y expresionismo que en ellas impera componen el mundo psíquico del hombre con sus abismos y soledades. Es como si algo quisiera surgir de sus telas y dar paso a un sordo dolor que gritara en silencio. Cuando se afirma que Ramón Oviedo es el Pablo Picasso de República Dominicana, lo creemos una referencia merecida, por la inmensidad del talento, por los temas tratados, por la capacidad ilimitada de renovarse, por la virtuosidad de la línea y el color, por la influencia ejercida, porque, al igual que el genial catalán, cuando Oviedo habla, sus palabras se convierten en aforismos, ¡muchas más razones hay de comparar a dos artistas de excepción.

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